Los Premios Príncipe de Asturias, se iniciaron en 1981, hasta consolidarse hoy como uno de los galardones de ámbito generalista más importantes del mundo. La UNESCO (en su XXV aniversario), los calificó de excepcional aportación al patrimonio cultural de la Humanidad. Aquí se ofrece un balance de sus treinta primeros años (1981-2010), periodo en que estos premios han logrado alcanzar un alto nivel de prestigio, permitiendo que en su ceremonia de concesión, celebrada en el Teatro Campoamor de Oviedo, se hayan dado cita más de 300 personalidades de gran relevancia mundial en las ocho disciplinas que abarcan todo el ámbito del conocimiento, la cooperación y la convivencia: Letras, Artes, Ciencias Sociales, Comunicación y Humanidades, Investigación Técnica y Científica, Concordia, Cooperación Internacional y Deporte. Su ceremonia principal se ha convertido en escenario mundial de la cultura y la paz, como lo han definido diferentes personalidades y medios de comunicación. El Protocolo y Ceremonial, en su visión amplia, ha contribuido de forma decisiva en este posicionamiento y a darle la singularidad específica que requiere un evento de estas características. Sin la adecuación de las normativas, técnicas, costumbres y tradiciones a un acto como éste, no hubiera sido posible visualizar los objetivos humanistas de la Fundación promotora, que honoríficamente preside el heredero de la Corona de España. El acto principal se ha ganado apelativos como Ceremonia para la excelencia, Ceremonia de la perfección y la belleza o Ceremonia del sentimiento. Eventos de reconocimiento de este tipo requieren ceremoniales a la carta, que siendo comunicativos generen emociones y claros mensajes a los diferentes públicos sobre la necesidad de contribuir a una vida más digna para todos. Estos premios no han sido hasta el momento objeto de análisis investigador alguno, y pese a que el 82 por ciento de los españoles los considera un gran patrimonio cultural y moral de España, nada ha trascendido o publicado sobre el alcance de los pormenores organizativos y sus significados. Conocer en detalle el protocolo y el ceremonial, con el correspondiente impacto mediático, proporcionará una herramienta básica para quienes estudian o trabajan en el sector de los eventos. Los premios se entregan en un acto que requiere evolución sistemática para que, sin perder su propia esencia, siga creciendo en reconocimiento. Su indudable prestigio actual no reside en la cuantía económica de los mismos, sino en los valores universales que representa. En esa tarea de prestigio internacionalmente aceptado, el ceremonial y el protocolo juegan un papel relevante pues han de hacer convivir la solemnidad propia de una ceremonia de este tipo con un formato sencillo para que los laureados puedan verse reflejados en el espejo donde toda la Sociedad deba mirarse cuando se hable de la defensa de los derechos humanos, la justicia, el bienestar social y la cultura de paz.