Llevo algo más de dos años sin parar. Sin parar de trabajar, sin parar de sonreir, sin parar de vivir y sentir situaciones antes inimaginables para mí. Han sido meses trepidantes en todos los contextos y ámbitos de mi vida.La vida nos da tanto que aunque a veces se despista, vale la pena vivirla, siempre.No existen los días malos.Con esta sencilla frase todo empezó. Levantó los ojos del papel donde garabateaba retazos de mi vida y se encontró con los míos.Y con esta determinación me levanto cada día para intentar dar lo mejor de mí a mi gente, a mi familia, a mis amigos, que por fortuna son muchos y excepcionales, os lo puedo asegurar, y cómo no, a mis comensales. Sin ellos, este libro no habría visto la luz.Disponía de una serie de recetas que me han proporcionado tantas satisfacciones, que he querido plasmarlas en este libro y compartirlas con todos vosotros.Creo en el destino a más no poder, a pie juntillas, y más aún después de todo lo acontecido alrededor de estas recetas de amor. El destino, las casualidades y una infinita suerte han hecho posible que hoy tengas este libro en tus manos. Sorprende cómo la toma de decisiones puede cambiar el rumbo de tu vida. Nada está escrito, y hemos de ser capaces de recoger todo lo bueno que se nos presenta, por muy loco o inimaginable que nos parezca.Noviembre 2016, está decidido.Llevaba cinco meses intentando darle estructura a estas recetas. Por aquel entonces pensé: esto es una locura, no se va a entender.Tenía que empezar, por encima de todo, a perder el miedo, la timidez; soy muy vergonzosa. Una vez superada esa barrera, me senté en el ordenador a escribir este libro, salí móvil en mano a buscar la foto de aquellos lugares mágicos para mí, y cociné y fotografié todos los nuevos platos que creé para confeccionar este libro de recetas musicales.Siento que no puedo esperar a que las cosas buenas vengan solas. He de empezar a moverme, fuera la comodidad, el dar todo por hecho.Salía de una enfermedad nada grave pero donde el dolor no me dejaba ni pensar. Durante años lo condicionó todo y justo cuando empecé este proyecto se manifestó de una manera tan intensa que finalmente el quirófano solucionó mágicamente.Tocaba celebrarlo y de una manera totalmente diferente, este era mi regalo, mi ilusión, ya nada ni nadie me podía parar.Tengo unas ganas locas de diversión, y mi trabajo me lo da, y las personas sin duda hacen que la fórmula sea magistral.Escribiendo esta introducción, «decenas de veces retocada», me viene a la memoria una frase que me dijo mi querido Vicente: «Qué difícil es no quererte». ¿Entendéis ahora?He implicado a muchas personas en este libro, gentes que significáis mucho para mí. Personas que cuando os veo aparecer por la puerta me alegráis el día. Siento que os de dar las gracias.No estáis todos, me faltan infinidad de amigos por nombrar, simplemente he escogido a los más cercanos. El resultado de todo este esfuerzo es una inmensa satisfacción personal, que todos habéisnotado los últimos dos años. Gracias a mi familia, por su comprensión. Mi aislamiento fue necesario y vital. Ha supuesto un trabajo realmente absorbente y adictivo.Más de diez mil días llevo abriendo mi pequeño bistrô, casi ya veintinueve años, y cada día sonrío al entrar, amo este pequeño espacio y reescribir este libro me ha supuesto otro gran regalo, de los muchos recibidos a lo largo de estos últimos meses.Paré en algunos momentos para tomarme unos cafés, pasear, leer, aprender, informarme, compartir conversaciones con desconocidos que aportan a tu vida ingredientes de sabiduría; pararme, escuchar, he encontrado una fórmula magistral de aprendizaje: fotografiar lugares importantes para mí, alucinar con los amaneceres y las puestas de sol, cosas cotidianas que antes no hacía por no tener las armas para desarrollar un día a día intenso y emocionante.Ha sido una delicia encontrar todo ese tiempo para mí y poder crear este invento tan genial que es Netejant Seitons o Limpiando Boquerones, dos libros, éste mejorado en su contenido.Ganar uno de los premios a mejor libro del mundo por Gourmand Awards en Yantai, China, de la versión en catalán hace unos meses me ha supuesto confianza. Muchos clientes y amigos han sentido curiosidad por esta hazaña para alguien con una cocina tan diminuta como la mía. ¿Hay un antes y un después ante esta peripecia tan prodigiosa? Indudablemente que sí, el premio me ha dado tranquilidad, ánimo, seguridad y no sólo a mí misma sino al nuevo universo de clientes y curiosos que generó este gran y maravilloso accidente del destino. Yo nada más bajar del avión pensé: de acuerdo, tienes un bonito diploma, has trabajado mucho durante más de un cuarto de siglo, pero esto no ha hecho más que empezar, ahora empieza el show de verdad, ahora vas a cocinar con más garra, con más rigor, ahora es el momento de no parar ni un sólo día y demostrar que tenías sensibilidad para este mundo gastronómico, porque básicamente el ingrediente más necesario es éste, sensibilidad y amor, no existe el dolor a pesar de las horas invertidas, no existe el sueño, sólo vale la entrega.Cuando cocines, utiliza siempre la intuición, haz tuya la receta, si no tienes un ingrediente, prueba con otro. La imaginación es lo más importante, es lo que cuenta. La osadía a la hora de cocinar es siempre un valor añadido.Os invito a que disfrutéis del mundo de la cocina.Con un estómago contento la vida te sonríe.