Ser docente hoy, al igual que ayer, es una tarea compleja. Tarea que no está alcance de cualquiera que quiera estudiar Magisterio, ya que se requiere de un talento y de un talante especial. Si nos centramos en el nivel educativo más temprano, la Educación Infantil, seguramente apreciemos -en su doble significado: el de percibir y el de valorar- unas cualidades y unas habilidades concretas entre el profesorado, que definen y caracterizan a este colectivo.La Educación Infantil es pasión por la enseñanza, preocupación por el alumnado, innovación educativa, sentimiento, espontaneidad, curiosidad, crecimiento y grandes dosis de paciencia, templanza y adaptabilidad. Es poner al alumno en el centro del proceso -como debería ser siempre y en todo nivel educativo-, adaptarse al contexto, a la realidad del alumnado y de sus necesidades, es agacharse, bailar, cantar, dramatizar y mancharse las manos de colores, de arcilla o de plastilina. Es entender la educación a largo plazo, plantar la semilla del conocimiento y de la curiosidad, del deseo de aprender, de la autonomía, la libertad y la responsabilidad. Es convertirse en modelo, en guía de aprendizaje, en creador de sueños e ilusiones, en contrapeso familiar y social, si las condiciones así lo demandan.Ser hoy docente, al igual que ayer, es un servicio a la sociedad. Es forjar a los ciudadanos del mañana, construido desde hoy, comprometidos, respetuosos y defensores de valores y principios que nos hacen cada vez mejores. Es formar personas en serio y no en serie, crear un mundo mejor y más justo, permitir a las generaciones venideras disfrutar de una vida digna.Este libro tiene por objetivo fundamental describir y descubrir las competencias y habilidades para convertirse en un buen docente. Un docente que gestiona adecuadamente su aula, que motiva, inspira y desarrolla todos y cada uno de los talentos de sus estudiantes. Un docente capaz de afrontar los conflictos que surgen a diario, con herramientas y técnicas eficaces para detectar, prevenir e intervenir ante cualquier problema que distorsione el proceso educativo y/o el desarrollo personal del alumnado. Un docente que educa en valores, con su ejemplo y con estrategias metodológicas adecuadas, que reconoce al niño como un ser con derechos y los vivencia -enseña- en el aula, permitiendo desarrollar el derecho a participar. Un docente que implementa diferentes metodologías y tiene en cuenta los avances de la neuropedagogía, así como diferentes pedagogías alternativas que provocan un aprendizaje sociocívico.