El Anticristo
El cimiento argumentativo de El anticristo es que el cristianismo es un envenenador de la cultura occidental y una perversión de las palabras y la práctica de Jesús, la única figura verdaderamente cristiana en la historia de la humanidad, según lo plantea Nietzsche. La cuestión de la religión institucionalizada y la existencia del orden sacerdotal son blancos constantes, e incluso las palabras sag
El cimiento argumentativo de El anticristo es que el cristianismo es un envenenador de la cultura occidental y una perversión de las palabras y la práctica de Jesús, la única figura verdaderamente cristiana en la historia de la humanidad, según lo plantea Nietzsche. La cuestión de la religión institucionalizada y la existencia del orden sacerdotal son blancos constantes, e incluso las palabras sagradas y figuras representativas del cristianismo no pueden huir del análisis frío que se realiza en la obra. El anticristo no tiene como objetivo presentar ideas novedosas o promover la expansión del conocimiento, pero es una representación de un esfuerzo por deshacer la religión sistemática que Nietzsche creía que estaba negando el avance del conocimiento. Aquí, los puntos de vista presentados fueron las deducciones lógicas que surgieron cuando se encontraron los puntos de vista cristiano y científico.