Allá donde nos hallemos

En Fuenterrabía, año 1934, dos niños se encuentran e inician un trayecto de camaradería y afecto en común. Para mitigar el hambre, Paúl trampea en la ladera del monte Jaizquibel y en las marismas de Amute y se dedica a hacer almejas en el arenal de la bahía. Marcos, por contra, observa lo que ocurre a su alrededor situado en la posición privilegiada de la que gozan los veraneantes, condición que, sin embargo, perderá por los graves acontecimientos que la Guerra Civil ocasiona en la comarca. Un incidente desafortunado recluirá a Paúl en el campo de exterminio de Gurs, situado en Aquitania, departamento francés de Pirineos Atlánticos, y sus vidas se separarán durante su internamiento y posterior huida y residencia en París.