La representación de los reyes magos

Son tres los Reyes Magos. Tres es la cifra que indica el inicio de la «pluralidad». En la lengua griega, hay un número singular, un número dual y un número plural. Los tres Reyes, con sus séquitos, representan la pluralidad de los pueblos que vienen a rendir tributo al Niño Dios. No es extraño que la fe de las naciones y la imaginación de los artistas hayan ido plasmando esas figuras entrañables. La estrella es la luz, guía y signo del destino. Una Epifanía sin Reyes Magos y sin estrella sería algo incompleto, incomprensible. La manifestación de la divinidad, como término de partida, necesita un punto de llegada: el Portal de Belén, con los pastores humildes y los sabios poderosos. Entre la Navidad y la Epifanía, la liturgia recorre un luminoso camino: el nacimiento del Niño Jesús, Santa María, San José, los Magos y la estrella. Desde las más sencillas representaciones de las catacumbas hasta los esplendorosos lienzos de Rubens, Velázquez o Murillo, pasando por los altos relieves de las catedrales, las vidrieras, los códices, los evangeliarios, allí están presentes esos Reyes Magos, con su centro de gloria en los maravillosos mosaicos de San Apolinar el Nuevo y en el espectacular relicario de la Catedral de Colonia.